martes, 19 de agosto de 2008

Santa Ana de Aucará: Danzantes de tijeras (IV)

El esfuerzo generado por esta confrontación, motiva que los danzak's estén totalmente mojados en sudor.


Poniendo sobre el piso lo mejor de su arte, este joven maestro prosigue el Atipanakuy, cuidando de que estos pasos correspondan a la melodía ejecutada; no hay que olvidar que existen más de cien tonadas y cada una de ellas tienen tres y hasta cuatro pasos. Obviamente, en Lima, se ejecutan brevemente las tonadas por cuestiones de tiempo y orden; vayan disfruten esta lucha ó disputa en la sierra, allá donde por más de siete días con sus noches contemplarán multiplicidad de piruetas.





El otro antagonista no se queda atrás y por el contrario responde con similares pasos tratando de que éstas tengan una mayor dificultad de ejecución y un elevado nivel artístico. Cada zapateo se realiza al compás de la música, es allí donde radica el verdadero escollo, la verdadera prueba; si se observa detenidamente, escucharán el compás que llevan las tijeras con los instrumentos y los pasos que se elaboran en el centro de la plaza.



En cada salida los artistas de las tijeras consagran el máximo esfuerzo dedicado hacia el público en general y muy probablemente, el día de mañana tengan que estar en cama todo el día, mas, nadie cuestionará sus ganas ni tampoco dudarán acerca del valor desplegado.





Quien no disponga de un excelente estado físico, a estas alturas de la competencia, ya debería estar rendido en el suelo con la lengua afuera, pero, estos jóvenes maestros se disponen para danzar en un futuro cercano en la tierra de los ancestros, allí, donde la disputa o Atipnakuy dura más de una semana continua.





El público, acostumbrado a ver tales esfuerzos, observa con calmada indiferencia el desarrollo del evento; total, en sus pueblos o caseríos de origen han visto convertirse a los jóvenes en verdaderos hombres, a los maestros en verdaderos layka's.



A partir de Abril ó Mayo se inician estas danzas costumbristas en los pueblos Rukanas Antamarkas, en Lima se puede apreciar el arte de las tijeras desde Mayo hasta Diciembre; las más concurridas y las mejores, donde solamente intervienen consagrados gladiadores, ocurre en la zona interior de Lucanas, allí entre los pueblitos perdidos entre los cerros y Apus que los protegen.


Muchos recomiendan asistir a las fiestas de Andamarca y Puquio; pueblos antiguos, pueblos grandes, donde el frío de la noche hará tiritar a más de un visitante pero cuyo recuerdo será imborrable pues mas de una vez visitarán casas de cargontes o mayordomos y bailarán toda la noche; algunas veces, a falta de una buena cama, los duros costales llenos de maíz cosechado servirán de mullido colchón.





Nótese que las pruebas de faquirismo y similares no son muy abundantes en las danzas ayacuchanas, predominan mas bien los juegos de ilusionismo y valor. Antiguamente, no existían las pruebas tales como la ingestión de sables o cuchillos, a lo más, levantaban barretas con sus dientes y los arrojaban lo más lejos posible y en otros casos, bajaban desde las altas torres de las iglesias danzando o ejecutando piruetas sobre las cuerdas.


Así quedan finalmente después de tanto esfuerzo, si el público considera que hubo entrega, que hubo devoción, lo premiará con tan solo aplausos y quizás con algunas moneditas que manos generosas lanzan al centro del ruedo.

** Fotos: Fernando Espinoza Javier
** Videos: El Aucarino, Angel Rebelde de Liessa, Isidro Meza Chávez



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