domingo, 25 de octubre de 2009

Sobre el aborto, control de la natalidad y la pobreza...

"El mundo tiene dos clases de hombres: los inteligentes sin religión y los religiosos sin inteligencia" - Abu'l Ala-Al-Ma'arri (poeta sirio)

Vamos a tocar un tema que por estos días suscita posiciones encontradas; mediante estas líneas queremos expresar (a título personal, por supuesto) nuestras opiniones al respecto. Organizaciones religiosas principalmente, se han opuesto a la despenalización del aborto indicando que la vida se respeta desde el primer instante de concepción, que no interesa en absoluto si el feto es producto de una violación o si presenta malformaciones, el cual hará muy triste la vida futura de quien la padece; no estamos de acuerdo con tal posición, acuérdense que los taita curas, de familia, no saben un comino, salvo aquellos que tenían mujer e hijos; ya en la Grecia antigua así como en la época romana, el aborto era consentido para de este modo regular el tamaño de la población y mantener ciertas condiciones de vida.

Es un tema muy polémico y que básicamente se vincula con el derecho que tienen las mujeres para interrumpir ó seguir con el embarazo. Es verdad que el ser humano al momento de su concepción está totalmente desprotegido e incapaz como para exigir su derecho a la vida pero, también es totalmente cierto que muchas bocas en medio de una familia con recursos limitadísimos, está condenada a una miserable existencia, sino basta con recordar las condiciones en que vivían nuestros abuelos y la pobreza que muchas veces arrastraron. En parte -pensamos-, el gobierno del ingeniero Fujimori hizo algo bueno al esterilizar mujeres que tenían más de 4 hijos, no es posible una adecuada alimentación así como una sostenida educación si tienes tantas bocas que criar y alimentar; por ejemplo, en casa éramos como 8 y siempre andábamos con hambre, el pobre viejo a duras penas traía su caja de frutas el fin de semana para tener algo de postre y, al cabo de 4 días, ya no había pizca alguna.

Ya nos imaginamos cómo sería de desolador el panorama en la sierra, tal y como nos lo cuentan tíos y abuelos, las familias en épocas de sequía, con las justas comían su papita y su maicito, acompañando con algo de atajo u otra hierba (porque la coca embrutece y adormece), y rogando que la helada no haya echado a perder los cultivos existentes. Por esa y muchas otras razones es que el poblador andino, durante el virreynato y buena parte de la república, como ser humano se fue degradando: la falta de adecuada alimentación no permite un desarrollo adecuado de los niños y por ende una mejor capacidad de respuesta frente a las condiciones adversas de existencia. Si desde mucho antes, la iglesia católica hubiese apoyado el control de la natalidad y permitido el uso del condón, cuántos pobres se hubiesen evitado; al respecto, lean un formidable artículo del señor Bedoya Ugarteche (Correo 24 de Octubre del 2009), les aseguramos que expone con cierta crudeza temas concretos que los cucufatos y de ideas retrógradas no quieren tocar . Un tema tan complejo y que tiene tantas aristas, fácilmente en unas cuantas líneas no es posible expresarlo.





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