martes, 24 de febrero de 2009

Carnaval puquiano (Lucanas en general)

Por estos día entramos en los días finales de las celebraciones del carnaval en los diversos pueblos que se ubican en tierras ayacuchanas. Las fiestas realizadas suscitan una eclosión de alegría los cuales, coincidentemente, se producen en las épocas de lluvia, como anunciando a los nuevos sembríos que estas manifestaciones de jolgorio son el abono necesario para su posterior crecimiento.
Actualmente, en las comunidades la vida es triste, melancólica y solitaria, muy diferentes a los de años atrás, cuando con los pueblos llenos de jóvenes y runas dispuestos a trabajar hasta en las tierras más alejadas, la actividad laboral hacía que el pueblo se asemejara a un colmenar. Los muchachos que viajan por estas fechas, transmiten y contagian cierta alegría a los viejos comuneros residentes quienes recuerdan con nostalgia las fechas en que eran mozos robustos y alegres participantes de las fiestas al ritmo de la quena y la tinya.



Los siguiente párrafos los hemos extraído de una notable exposición acerca de estas fiestas en las páginas de Interculturalidad, elaborado por el antropólogo Víctor Suárez Ilizarbe:

"En el mundo andino como en otras sociedades los tiempos son contrastantes por influencia del cristianismo, hay un tiempo del trabajo y un tiempo para la fiesta. Esta con su cadena de culpas y condenas proscribe la fiesta del trabajo y nos condena a vivir una vida gris y monótona, el cura de la iglesia siempre nos recuerda que: “la vida es un valle de lagrimas”; “ganaras el pan con el sudor de tu frente”, nos dicen, casi con un goce obsceno; axial, la vida y la alegría esta reservado al “mas allá” al “paraíso” que se supone es la salvación eterna. Mientras que en el mundo prehispánico la fiesta no estaba separada de la producción, y el trabajo no era una condena, el calendario agrícola del Tahuantinsuyo coincidìa con las grandes fiestas del imperio como en una suerte de sabio equilibrio entre el esfuerzo de sacarle los frutos a la mamapacha pero a la vez, en el mismo momento, agradecerle con una fiesta por el bien recibido.

La prédica cristiana caló hondamente en las culturales andinas, pero los viejos dioses prehispánicos resistieron, y no se callaron, se dieron maña para hacerse un espacio en los apagados atrios de las capillas de los santos cristianos y desde ahí nos siguen interpelando para que continuemos con la realización de las fiestas de cada año. La política de extirpación de idolatrías tampoco pudo con estos dioses a pesar de que el santoral religioso cristiano fuera impuesto sobre las fiestas más importantes del incanato, como queriendo “sellar” para siempre estas manifestaciones profanas y mundanas, pero no pudieron callar sus voces. Por ello, en respuesta a estos hechos “consumados” los carnavales indígenas desafìan cada año la resignación y vida rutinaria de la población, se opone triunfal y gosozo a ese mundo de las formas que canoniza la cultura oficial de los mistis, es transgresiva, desafiante y paródica contra el poder opresivo y como dijimos más arriba es esencialmente restauradora y liberadora.

Desde los cuatro barrios: Ccayau, Pichkachuri, Chaupi y Ccollana avanzan las comparsas al compás de la tinya, la quena, el pinkullo y las voces de hombres y mujeres ataviados con sus mejores galas multicolores, talco en la cara y serpentinas al cuello, bailando y cantando canciones de recorrido en un atipanakuy (competencia) inacabable. Esta vez, los hombres y las mujeres se igualan, pero se observa que las mujeres llevan las riendas de la fiesta y son las protagonistas por excelencia, con una actitud de entrega sin culpa a su hombre escogido. Lo importante es alcanzar la plaza de armas, ahí está el centro del poder polìtico, religioso y policial; además, están las casas señoriales de los mistis quienes se asomaban a sus balcones a observar con desdén y algo de envidia la inmensa alegría que levantaban las comparsas. Los más viejos celebran las ocurrentes letras compuestas especialmente para esa fecha, que critica la mala gestión de alguna autoridad importante o también las letras pueden ser de agradecimiento a la autoridad por alguna obra realizada en bien de la comunidad.

En un momento la algarabía intensa del carnaval indio ha contagiado a toda la población, entonces se olvida la distinción entre protagonistas y espectadores y todos viven la fiesta con frenesí ... "

Sabemos que en materia de gustos y colores, hay de todo y para todos; por eso, como nosotros provenimos de la quebrada del río Sondondo, de aquellos pueblitos situados en el Ayacucho profundo y misterioso, es que el siguiente género de carnavales acompañados por chimaychas al ritmo del arpa y violín, nos llaman más la atención.


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sábado, 14 de febrero de 2009

Combatientes Rukanas: Siglo XVI

Muchas personas pensarán que en el sur del territorio ayacuchano, aparte de las conocidas guerras entre chankas e inkas, no se suscitaron hechos de relevancia. Nada más equivocado, según historiadores parece ser que en el territorio de los Rukanas Antamarkas, se produjo una de las primeras victorias de los inkas contra las huestes españolas.
Para que tengan una idea del mismo, vamos a transcribir algunos párrafos del historiador Edmundo Guillén Guillén:
En este año, 1534, quizás antes, Manco Inka se dió cuenta que sus aliados no eran los aventureros que había pensado, sino la avanzada de otra potencia militar que se había infiltrado en el Imperio aprovechando de sus luchas internas y que pretendían entonces disputarle el dominio de la tierra. De inmediato,-según la copiosa información que existe – Manco Inka se preparó para echarlos del Perú . Lamentablemente descubierto sus planes fue apresado a mediados de 1535 y después de algunos intentos, logró evadirse al Cusco a mediados de abril de 1536 y después del famoso juramento patriota de Calca, en los primeros días de mayo de este año, puso cerco y atacó la ciudad del Cusco, defendida entonces por más de 40,000 soldados de sus hermanos y Waypar e Inquill y los más o menos 2000 españoles que habían en la ciudad. (E. Guillén Guillén. 1980. cap. VI; 126-195).

Aunque es posible que los Rukanas, formaran parte de las tropas incas del Chinchaysuyo que asediaron a la ciudad del Cusco en los primeros días del mes de mayo de 1536, al mando de Qori Atao, Cuillas, Taypi y otros capitanes (Titu Kusi Yupanki. 1916; 65). Los Rukanas entran en los anales de la historia del Perú, entre Mayo y Junio de este año de 1536, por la hazaña que hicieron al aniquilar a la expedición enemiga del capitán Gonzalo de Tapia, que enviada desde Lima para auxiliar a los españoles del Cusco, fue destruída cuando intentó cruzar su territorio. Así, los Rukana, defendieron a la patria. Por otros documentos se sabe, que la beligerancia de las parcialidades Rukana continuó hasta 1538, que fue sangrientamente reprimida por el capitán Alonso Álvarez de Hinojosa, enviado desde el Cusco por Hernando Pizarro , conocido y denunciado como el hombre más cruel de este apellido.

Foto: KalipediaMedia/historia

Aunque no hay información segura de las posteriores actuaciones de las parcialidades de Laramati y Hatun Rukana, del nombre y número de los corregidores y encomenderos que las gobernaron. Se sabe que en 1554,- sin otra alternativa-tomaron el partido del rey contra Gonzalo Pizarro, que se alzó para mantener la inicua explotación de los encomenderos y la impunidad de sus crímenes (Calvete de la Estrella. 1889. II; 57-80) y en 1533, contra el rebelde Francisco Hernández Girón, al que según Guaman Poma la derrotaron en “Wachwapi tienqaqocha” (1936, 431) después de la victoria que había obtenido contra el realista el mariscal Alonso de Alvarado,-llamado el Atila de los Andes-por las crueldades que hizo en la sierra central entre fines de 1536 y los primeros meses de 1537.

Asegurado el poder político del rey. las parcialidades de Laramati y Hatun Rukana como los demás , quedaron a merced de los enemigos. Se inició desde entonces, su larga y aprobiosa expiación secular con los otros pueblos del Perú. repartidos en corregimientos y encomiendas, reducidos violentamente sus ayllus en pueblos, resultaron sus habitantes las victimas de las codicias y lascivia de los funcionarios civiles y religiosos, destruídos sus adoratorios, sus ídolos y penates, según el patético testimonio de Guaman Poma, vivieron bajo el despotismo de: “seis animales” que comían su pobreza: el tigre (el español del tambo), la zorra (el padre de la doctrina), el dragón (el corregidor), el león (el comendero), el gato (el escribano) y el ratón (el kuraka colaboracionista).. de allí la muletilla dolorida de este trashumante cronista: “La justicia es de palo...” los curacas y funcionarios son ladrones y putanieros (1936; 607, 608 etc). “y ..no hay remedio”.

También, el historiador Raúl Porras Barrenechea, hace referencia estos sucesos:

"El padre del cronista sirvió también al Rey en la revolución de Hernández Girón. Huamán Poma repite varias veces, según su costumbre, que los indios Lucanas dirigidos por su padre y por Apo Uasco Changa y Guamán Uachaca Lurinchanga, principales de la provincia de Andahuaylas, combatieron contra el rebelde Hernandez Giron después de la batalla de Chuquinga y le derrotaron en el sitio de Huachahuapiti Huancacocha, junto a Huatacocha (págs. 409, 431 y 736). Según el cronista, quien recoge indudablemente tradiciones populares indígenas de su provincia, su padre y los principales que le acompañaban vencieron a “trecientos españoles y cien yanaconas mestizos y mulatos del bando de Hernándes de Girón en el alto de Uachauapite, junto a Uatacocha Uraya Uma Uancacocha“ (433), obligando al rebelde a huir a las montañas de Jauja, donde, según las mismas tradiciones indias que recoje Huamán Poma, fue apresado por los indios Jaujas. Un grabado presenta a Huamán Malqui amenazando con su lanza a Hernández Girón que huye con otros españoles. En todas estas noticias, referentes al paso de Hernández Girón por los Lucanas y a su brillante e inesperado triunfo de Chuquinga, que hirió la memoria popular indígena, resalta la inseguridad y la tendencia legendaria de la tradición oral que el cronista transmite.

Los indios Lucanas convirtieron el episódico combate del alto de Huachahuapiti, habido después de Chuquinga, como la derrota decisiva de Hernández Girón, después de la que éste huye a Jauja, eludiendo la batalla de Pucará, a la que se refiere después, y en que el rebelde fue efectivamente deshecho. La prisión del rebelde realizada por capitanes españoles se atribuye a los caciques indios de Jauja (434 y 435), en especial a Choquillanqui, uno de cuyos hijos fue amigo de Huamán Poma y le favoreció en uno de sus viajes (1120).

Los indios Lucanas, según el Palentino y otros documentos, tampoco se limitaron a atacar a Hernández Girón, después de la batalla de Chuquinga. Atacaron a los dos bandos, al del mariscal Alvarado que defendía al Rey y al que le mataron treinta hombres y al del rebelde Hernández Girón, cargando sobre ambos después de la batalla y robándoles sus equipajes. Huamán Poma convierte este acto de represalia indígena en un servicio a la causa del Rey".

Fuentes:

martes, 10 de febrero de 2009

Febrero: Chimaycha en los pueblos de Lucanas

Por estos días, en el valle del Sondondo y alrededores, se celebran las fiestas de carnavales. Estas festividades se dan inicio en la comunidad de Chacralla, donde la celebración perdura por siete días, prosigue luego en Pampamarca, Mayo Luren, Orccosa y muchas otras comunidades escondidas en la quebrada del río Pampamarca, el cual, aguas abajo, se une al río Sondondo en las cercanías de Huaycahuacho y Chacralla. Particularmente, en los carnavales celebrados en Chacralla, los barrios, conformados por muchas personas, se presentan ataviados con vestimentas multicolores llevando enormes banderolas, totalmente cubiertos de serpentinas y talqueados de pies a cabeza, los cuales le dan a esta presentación - en medio de la neblina de las mañanas - una imagen surrealista.



A su vez, en los pueblos que se encuentran a la vera del río Sondondo, desde los que se encuentran en las alturas, casi en las faldas del Ccarhuarazo, como Chipao y Mayobamba, pasando por Sondondo, Cabana Sur, Aucará, Villa Ccecca, Ishua, Huaycahuacho, Chuschama y muchos otros que olvidamos mencionar, se da comienzo a las chimaychas, denominación que se da a estas estas canciones tradicionales y que tiene diversidad de presentaciones, acompañadas con arpa y violín y en otras con quenas y tinyas; en ellas se entonan canciones de amor, picarescas o irónicas.

viernes, 6 de febrero de 2009

Fotografías acerca Aucará y aledaños.

Las siguiente fotografías fueron gentilmente proporcionadas por don Hermilio Linares Neyra para su difusión, vía este medio. Muchos de los lugares no los conocemos, razón por el cual, estremos agradecidos si alguna persona nos puede señalar su ubicación.

From Fotos diversas de comunidades
Laguna Jochapampa - Aucará

From Fotos diversas de comunidades
Extraña formación geológica en el camino que va desde Aucará hacia el puente Huasapampa.

From Fotos diversas de comunidades
Iglesia de Chacralla

From Fotos diversas de comunidades
Bonito puente del cual no tenemos referencia. La pregunta pertinente es la siguiente: ¿su formación es natural o es acaso hecho por el hombre?

From Fotos diversas de comunidades

From Fotos diversas de comunidades
Puente de Mayo Luren