lunes, 30 de junio de 2008

El Ayllu - Danza de tijeras (Parte 1)

Navegando entre diversos blogs sobre ciencias y matemáticas, de casualidad, nos topamos con un interesante ensayo de Jose Carlos Mariátegui referido al problema de la tierra; allí hace mención acerca del sociólogo Castro Pozo y su libro "Nuestra Comunidad Andina"; hurgando y enterrando la trompa para satisfacer nuestra curiosidad, nos enteramos que esta persona fue quien alrededor del año 1920, denominó como "danza de tijeras" a los bailes costumbristas que se hacían en la región de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac; siendo jefe de la sección de asuntos indígenas del Ministerio de Fomento, acopió abundantes datos sobre la vida de las comunidades serranas (1920 -1923).

Y como las casualidades no viene solas, revisando YouTube para ver danzantes de tijeras, nos encontramos con algunos videos en donde se muestra el río Sondondo con el cruce del puente Huasapampa, es decir, ¡por donde llegan los ishuanos a su tierra!; con la emoción contenida, queremos mostrar a ustedes los siguientes videos:



Ustedes saben que Los Tusuq Layjas, antecesores de los danzantes de tijeras, eran considerados sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos, los cuales eran muy respetados por el pueblo. Al llegar los españoles a desterrar las ancestrales costumbres agrícolas para establecer la mita minera, fueron también los principales perseguidos, puesto que se resistían a abandonar sus tradiciones ancestrales.

** Danzante de tijeras presentando saludo en ramada.

Llamados entonces “supaypa wawan” que significa “hijo del diablo”, se refugiaron en las alturas más inhóspitas. Como los españoles no lograron borrar la cosmovisión y mitología andina, aceptaron integrarlos a su sociedad con la condición de que danzaran en honor al dios occidental; es decir, que participaran en los rituales de Religión Católica, con el cual someterían a los pueblos.

** Danzante a la carga para vencer en el Atipanakuy; al fondo, dos violinistas ishuanos: don Máximo Damián Huamaní a la derecha y el amigo Bankucha al frente.

En la actualidad la danza de tijera es una danza clásica, ritual de carácter mágico y religioso, en la que se representa coreográficamente los espíritus de la pachamama, yacumama, hanaccpacha, ucupacha y otros wamanis que son los dioses andinos; así como los diferentes aspectos de la vida del poblador de la región.




** Fotos: Luis Espinoza Javier


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domingo, 22 de junio de 2008

Donde diablos está Matt (2008)

Por lo general tratamos de tocar temas que conciernen a nuestras comunidades, ya sea mostrando costumbres, danzas o paisajes. En esta ocasión,( antes queremos disculparnos por si alguien está en desacuerdo), para amenizar la mañana, tarde o noche de nuestros amigos, comuneros o añorados migrantes en el exterior, deseamos mostrar lo siguiente:


Where the Hell is Matt? (2008) from Matthew Harding on Vimeo.


Tomado desde el excelente blog de Eduardo Arcos.

Si logramos que ustedes esbozen una sonrisa siquiera, estaremos más que satisfechos...

sábado, 21 de junio de 2008

Iglesia de Ishua: Interior y torre

Anteriormente, publicamos un pequeño post acerca de la iglesia del pueblo de Ishua, con fotografías que mostraban imágenes en blanco y negro (fotos de hace muchos años), sería deseable hacer la respectiva comparación entre ellas...


Cada iglesia o capilla de los diversos pueblitos situados en el interior, tiene un altar mayor característico; en el caso de Ishua, el altar presenta un retablo completamente dorado en pan de oro y compuesto de tres cuerpos verticales, con ornamentación recargada simulando un estilo barroco o neoclásico; además se pueden apreciar columnas salomónicas y en las hornacinas, diferentes imágenes, entre ellas, encontramos a la Virgen de Cocharcas, a San Diego, a San Isidro y otros tantos santitos.


En la parte superior unos querubines o serafines completan la presentación. Se ha tratado de rescatar parte del altar mayor original, pero aún no se ha logrado conjugar dicha presentación con la actual. En la decoración del interior del templo contribuyeron, suponemos, pintores y estucadores de procedencia ayacuchana o cuzqueña, hay que tomar en cuenta que el pueblo de Ishua no disponía de una gran cantidad de feligreses así como tampoco disponía de grandes ingresos; estaba basada en tan solo la fe de su pueblo.


El interior de la iglesia está formado por una sola nave en su centro, siendo el diseño muy sencillo, casi franciscano; lleva techo a dos aguas y dispone de soportes y estructuras de madera eucalipto los cuales sostienen el carrizo o caña (característico de estas capillas provincianas); encima del carrizo, al exterior, van colocadas las tejas; si se observa desde una moderada distancia su presentación refleja modestia y sencillez.


Hornacina con imagen de San Isidro Labrador.


Hornacina con imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro.


** Fotos: David Huamaní Urbano

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martes, 10 de junio de 2008

Historias de pequeños aguerridos..

Nos llega una historia de pequeñines...

Don Mauro Castro cuenta que en tiempos pasados (hacia el año 1935 aprox.), cuando los niños ishuanos ya eran mayores de 6 años, los padres o familiares los llevaban a las chacras de Uralla, zona cercana al pueblo, para cuidar los duraznales que crecían hermosos, jugosos y se mecían plácidamente recibiendo el baño solar de la temporada estival pasadas las lluvias de Febrero y Marzo. En el pueblo todos trabajaban y los niños no iban a ser la excepción; los dejaban al cuidado de las chacras y sembríos y, tras dejarles su "jojau" o merienda consistente de mote, papa sancochada y queso o charqui, los recogían al atardecer..


El clima de la zona de esos años, era totalmente variado en relación a la que se presenta hoy en día - calentamiento global, papay -; había abundancia de agua porque existían 5 ó 6 fuentes de puquiales o fuentes, inclusive, el agua de regadío llegaba hasta la zona de Huayunguina; con mencionar que hasta la ardiente Jarata tenía su propia laguna (hoy este lugar colindante al río, está totalmente seco). Las chacras de Uralla (cercanas la pueblo y en dirección al río), eran regadas con aguas del Hatun Mayo las cuales brotaban en Huanatura Pampa; es, a raíz de la cantidad de agua existente que los comuneros ishuanos, vía compadrazgo y otros lazos familiares, empezaron a compartir dicho puquial con los comuneros de Ccecca (en lo que hoy se denomina repartición).

Era costumbre ancestral llegar hasta esa fuente de agua a las 3 ó 4 de la mañana ( con un frío que calaba hasta los huesos y dejaba los talones y plantas de pie de los comuneros, negros y rajados por acción del clima inmisericorde), para "voltear" las acequias en alturas de Huanatura Pampa, de tal modo, que las personas designadas para ese día dirigían el agua hacia sus respectivas chacras. Había otra jocha subiendo por el camino de Yotana, que según los entendidos es una subida por Pampareque (??).


Retornando al relato, los pequeños hacían guardia religiosamente en sus respectivas parcelas y aprovechaban algunos momentos para jugar, cantar y cosas afines; mas, cuando las bandadas de loros hacían su aparición en el horizonte, era cosa segura que se meterían en los duraznales rodeados de cultivos de trigo, maíz, habas, arverjas o cebada, cultivos alternados de acuerdo a la temporada; aquí empezaban las quejas, lamentos y gritos de impotencia; parecía que los loros bandidos sabían quienes cuidaban las chacras porque no hacían caso ni a las bravatas de los niños ni a los espantapájaros colocados por allí -a pesar de que algunos osados pequeños, defendían furibundos su tesoro, tirando piedras con huaraca en mano-, tranquila y pausadamente, se posaban en las partes más altas de los árboles para degustar su rico menú mientras los niños resignados comían o recolectaban lo que se caía al suelo.


Contaban que en estas épocas, habían duraznos de las variedades blanquillos y abridores, los cuales con una suave presión dejaban salir las pepas. Era tal la exhuberancia y fertilidad de la tierra, que los frutos maduraban rápido y finalmente, se mostraban apetecibles y lejanos a las manitas de los pequeños, bien guarecidos en las altas ramas de los duraznales. Sólo cuando se acercaban y se posaban en los duraznales, los verdes y bullangueros loritos, es que los niños se podían dar un banquete con los frutos que yacían desperdigados por el suelo, frutas que comían con tristeza o congoja por la paliza que les esperaba por no saber cuidar las chacras. En algunas ocasiones, algunos comuneros llegaban a escuchar el griterío emanado por estos niños y bajaban raudos para correr a hondazo limpio a esos rapaces loros. Era común que los niños lleven wali y algunos otros, los de tendencia "más moderna", usaban pantalones de bayeta; como elemento de calzado llevaban ojotas de cuero de chancho o de vaca y los que llevaban un modo de vida mas "pudiente", usaban zapatos estaquillados (con clavitos de madera).


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martes, 3 de junio de 2008

Visitando Huacaña y Tintay

A pesar de estar buscando afanosamente información sobre estas comunidades, es muy poco lo que se puede encontrar sobre ellas, situación común que se presenta en la mayoría de pueblos situados al sur de Ayacucho; en todas estas comarcas se practican y se llevan a cabo, verdaderas luchas terribles teniendo como telón de fondo la ancestral danza de tijeras.

** Rumbo a Huacaña

Se comenta bastante acerca del origen de la danzas de tijeras, citando muchas veces a Huancavelica y Ayacucho, como los lugares donde se inició este tipo de manifestaciones comunales.

** Llegando a Huacaña

Vamos a transcribir lo que se expone en la Revista de Sociología de la UNMSM, realizado en 1999 por Rodrigo Montoya: "En la noche del jueves santo de 1565, producida la muerte ritual de Cristo, salieron en varios lugares de lo que hoy es el departamento de Ayacucho (Lucanas, Parinacochas) "los diablos a pasear". Luego de su resurrección, los diablos volvieron a la prisión por otros 362 días (Núñez, 1989). Con esta ironía recuerdan los danzantes de tijeras, de los Andes peruanos, la rebelión de las "Guacas" (Dioses andinos) contra los Dioses españoles, conocida como Taki Onqoy. Como ya sabemos, la Iglesia católica llamó diablos a todos los Dioses andinos, y el compromiso de los danzantes con los Dioses Montaña y la Madre Tierra, de quienes reciben su fuerza fue presentado como un "pacto con el diablo". La danza fue prohibida, reprimida y, a pesar de todo, se mantuvo para salir luego de la clandestinidad hasta convertirse ahora en un espectáculo digno de admiración en todas partes. De acuerdo con el principio quechua de educar con el ejemplo, los danzantes bailan y reproducen fragmentos de su memoria".

** Plaza de Armas de Huacaña

En Huacaña, la tradición de la danza se sigue desde generaciones, muchos viejos maestros continúan enseñándo para que esta manifestación artística no se quede en el olvido. Tomando como fuente de datos a un magazín semanal de reportajes informativos, parafraseamos: El 28 de Junio en Huacaña, celebran a San Isidro el Labrador (en Ishua es en Septiembre), los danzantes de tijeras bailan durante toda la noche, día a día hasta el término de la celebración, el cual dura una semana. Según los lugareños, los danzak's bailan para los Apus, para que ellos permitan prosperidad, cosechas y mucho más.

** Detalle de plaza

En quechua se la llama “Supay Huapasi Tusak” que significa “El danzante en la casa del diablo”. Fue por eso que durante el Virreinato, los españoles querían desaparecerla pero gracias a los abuelos y ancestros es que todavía se puede gozar de la tradición.

Y los Apus, como antaño y desde siempre, seguirán cuidando a estos pueblos olvidados gracias a la fé que le tienen a su arte y tradición…

** Plaza de Armas de Tintay

La comunidad campesina de Maria Magdalena de Tintay se encuentra en el distrito de Morcolla, provincia Sucre; alrededor de esta comunidad hay restos arqueológicos así como en Santa Rosa de Huanchos, Chalcos, Belén Qasamarca, Mollora, Charangayocc, Iglesiachayocc, Huallpahuiri; suponemos también que habrán fuentes termales, muy frecuentes por esta zona de Ayacucho.


Típica entrada de las casas situadas en estas comunidades; a la llegada de familiares, aún así no hayan avisado con anticipación, los comuneros residentes preparan un pequeño y frugal agasajo dejando para mañana una opípara bienvenida, siempre acompañados ¡no faltaba más!, por un conjunto de arpa y violín .

** Fotos: Javier Díaz Espinoza


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