lunes, 18 de febrero de 2008

Chimaycha en el Hatun Mayo

En Ayacucho durante el mes de Febrero se celebran las festividades carnavalescas y se puede afirmar con propiedad que la felicidad de un año se concentra en este mes; las comparsas salen a la calle utilizando versos irónicos ó a chancear sobre la vida misma, versos que recogen el sentir de las comunidades mientras danzan en homenaje a la Pachamama, a los Apus, a los wamanis.

Cuando pequeños siempre escuchamos comentarios acerca de las famosas fiestas que se llevaban a cabo en la localidad de Chacralla, donde, danzando se agradecía la buena cosecha y se elogiaba la vida del campo. Desde el pueblo de Ishua se puede notar a lo lejos esta comunidad, situada en una ladera y en medio de cultivos; comunidad que estuvo aislada durante muchos años y que mantiene sus costumbres con pureza. Si bien es cierto que para los ojos de los viajeros y profanos que visitan Ishua por las fiestas de sus carnavales, lo visto aquí se puede considerar entre interesante y ameno; los bailes y comparsas que se efectúan en las comunidades Rukanas del otro lado del río Sondondo -llámese Chacralla o Pampamarca- sobrepasan en magnitud, colorido y alegría a cualesquiera de los pueblos que conforman esta region Lucanas. Quizás, como representantes de los pueblos de esta banda del río, tan solo Ccecca y Huaycahuacho puedan tener alguna comparacion con aquellos pueblos mencionados pero, siempre, un aura de leyenda pesaba sobre esas comunidades en lo relacionado a las fiestas que se realizan durante los meses de Febrero y Marzo.



Retomando el post sobre Chacralla, a veces, bajo una intensa lluvia, cientos de personas, entre pobladores y visitantes, celebran con cánticos, bailes y abundante talco, el primer domingo de carnavales mientras las comparsas lentamente se acercan a su Placita de Armas, pequeña de tamaño y grande de corazón.

Aparte de la danzas en sí, en medio de comidas y bailes, se pueden ver diferentes prácticas andinas y concursos típicos entre los varones, por ejemplo, se realizan actos de valor y prueba de dolor tales como soportar los huaracazos o fuetazos que se descargan sobre las pantorrillas desnudas de las personas participantes y todo dentro de un ambiente festivo y de camaradería. Este "pulseo" es la forma en la que los pobladores miden su fuerza física para saber cuán capaces son de trabajar la tierra.



En otro pasaje, las diferentes comparsas o barrios llegan bailando a una pampa inmensa que puede albergar tranquilamente a todos los pueblos vecinos y se da inicio a otra competencia de danzas colectivas, con banderas, disfraces, serpentinas, harto talco o harina acompañados por sus respectivos músicos de arpa y violín; muchos familiares y amigos observan desde lejos, formando una figura concéntrica inmensa, quizás con la idea de ayudar mentalmente a obtener la suficiente energía que necesitarán los chimaycheros de los diferentes barrios a aguantar los terribles y tremebundos minutos de zapateo; pobre de aquél que ya no resista más tratando de acompañar bailando a su barrio, si es visitante tendrán alguna conmiseración por tratarse de un forastero pero aquél que pertenezca a algun barrio, aunque sea arrastrándose, intentara no perder el paso ni mostrar flaqueza de animo. El conocidísimo Chuta Chutay se muestra en su mayor dimension, ese día bailan para todo un pueblo y como tal los problemas que se puedan llevar por dentro se difuminan, muy probablemente esta jornada quedará grabada durante muchas lunas en sus vidas sencillas; pocas fiestas similares en estas épocas se pueden dar el lujo de provocar semejante emoción.




1 comentario:

José Luis Avila Herrera dijo...

GRACIAS por tu visita.

Desde luego que puedes tomar las imágenes que quieras con la única condición de que cites la fuente.

Saludos cordiales...