Continuamos mostrando la saga de la fiesta patronal de los amigos de Cabana Sur.
Atenta dama cabanina, atendiendo y ofreciendo el famoso "calientito" a los asistentes, muchos de ellos optaron por probar la tradicional bebida.
Con la sonrisa dibujada en el rostro, muestra a los concurrentes la disponibilidad en bandeja, de los traguitos mencionados, para su libre disposición.
Pelotón ishuano ubicado en el borde de las gradas, asentados estratégicamente en las alturas a fin de poder divisar y apreciar mejor las figuras y bailes de los negritos.
Con el calientito en la mano para poder entonarse un poquitín (tres de estos vasos y empiezan a ver los yanacoyundas en 3D) ...
Seguidamente pasaba otra dama, de una de las familias oferentes, repartiendo cubiertos para degustar el potaje que se avecinaba; la pregunta de los 100 millones era: ¿llegará hasta nosotros? ...
Al margen de lo que ocurría en las gradas, en el centro del campo, la fiesta transcurría, esta vez enfrentando a dos caporales.
Cada caporal de cuadrilla dispone de un tiempo determinado para exhibir sus mejores pasos.
Por lo general, esa es la parte que más gusta a los asistentes pues permite, en medio del silencio, apreciar figuras, bailes, música y coordinación.
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