Algunos asistentes no pudieron contener su apetito y presurosos se abalanzaron sobre sopas de mote y otros potajes.
Simpática dama cabanina repartiendo la infaltable y deliciosa chicha de jora, a todos los concurrentes.
Vista panorámica que muestra a la Mamacha Candelaria en su trono, esperando el homenaje de sus hijos del valle del Sondondo Mayo.
Ofrendas florales coloridas y de diversos tamaños que demuestran la enorme devoción de sus fieles.
En esta esquina, cual ramada típica de los pueblos de Lucanas, la cuadrilla de negritos se encuentra en compás de espera.
Cuando les toca el turno de participar, se preparan y salen dispuestos a triunfar en este atipanakuy que se avecina.
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Estampa que muestra el paseíllo de una de las cuadrillas participantes; se muestran a lo largo del local para que el público asistente pueda apreciar su arte.
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