Prosigue la competencia como dicen algunos dizque animadores, "al rojo vivo" (ni que fueran herreros ¿o si?).
Entusiasmada por su presentación anterior, Vengadorita sale a demostrar que hasta con los pesados calzados de los machoj' también puede demostrar su arte.
Ya que en la presentación anterior la guiadora de Chacralla no quedó muy bien parada ante la habilidad y rapidez de su rival, se calza los pesados zuecos de los caporales y esta vez sale dispuesta a mostrar ¡cómo danza una verdadera huaylía!, observen el gesto adusto y de desafío ante la adversidad, este atipanakuy sale fuera de lo común y los asistentes son quienes más lo disfrutan.
Vengadorita demostrando que también con los zuecos sabe mostrar el arte de las huaylías.
Pero, un momento, esta guiadora está demostrando que es especialista con estos atuendos, mientras danza la concurrencia muestra un significativo silencio pues no todas las veces se aprecia algo semejante.
¡Uff!, a estas alturas el atipanakuy sobradamente pagó el valor de las entradas (y el taxi que se va a requerir para el regreso a sus hogares de los asistentes), ya es bastante tarde y nadie se mueve en este recinto.
Todos aguardan en qué termina esta épica confrontación, las guiadoras tienen seguidores por todas partes y se escuchan las voces de aliento.
Maravillados, los concurrentes observan cómo se baila el huaylías en la zona de Lucanas, tal es la fuerza que imprime a su baile Sancaycha de Chacralla que todos guardan un respetuoso silencio. Los organizadores de la comunidad de Ccecca mas satisfechos no podrían estar, este tipo de escenas van a quedar en el recuerdo de muchos asistentes.
Tratando de quitar protagonismo a su rival Vengadorita de Andamarca muestra todo su arsenal de recursos y aunque ya pasaron cerca de una hora danzando, nadie muestra cansancio alguno. ¡Estas son fiestas, señores!
huaylíasnavidadmotivo costumbristaAyacucho
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